Flipped Classroom


La Flipped Classroom o Clase Inversa es una metodología pedagógica que poco a poco va calando dentro de la comunidad educativa. Consiste en asignar a los alumnos tareas de estudio y comprensión de las lecciones para que las realicen en casa, y reservar para el aula el momento de resolver dudas mientras realizan actividades en las que se buscará fomentar la participación e interacción entre los alumnos, y entre estos y el profesorado. 

La Flipped Classroom o Clase Inversa se enmarca dentro de los planteamientos actuales sobre metodologías didácticas. Se recurre a las Nuevas Tecnologías promoviendo que los estudiantes accedan de forma autónoma a todo tipo de información (vídeos, blogs, plataformas de e-learning, ejercicios interactivos, etc.), de modo que la transmisión de información por parte del profesor ya no sea tan necesaria y pueda dedicar más tiempo a resolver más dudas, de un modo más personalizado y prestando una mayor atención a los alumnos que tienen más necesidad de ello. El aprendizaje será más o menos autónomo en función de la edad y condicionantes de los estudiantes, de los contenidos a trabajar y la manera en que se espera que se aprendan (comprender, relacionar, aplicar...); por ello, seguirá habiendo ocasiones en las que la explicación del profesor seguirá siendo lo más eficaz y conveniente.


Esta metodología fomenta que el estudiante se convierta en el protagonista de su aprendizaje mediante un cambio de roles en el aula.
  • El docente se convierte en un guía del aprendizaje facilitando el acceso a los contenidos y su comprensión  mediante la preparación de una serie de materiales (documentos, podcast, vídeos, plataformas de e-learning…).
  • El alumno adquiere un papel activo y se sitúa en el centro del proceso enseñanza-aprendizaje, aprendiendo los contenidos en su casa con los materiales que el profesor le ha proporcionado para, posteriormente, aplicarlos en clase, bien de forma individual, bien de forma cooperativa o colaborativa.

El trabajo directo en el aula no recae tanto en el docente, sino que se recurre a herramientas y a los propios alumnos para sustituir la clase magistral por los libros, plataformas digitales, vídeos y grabaciones hechas sobre aquello que se quiera enseñar en una sesión lectiva. Estudios realizados en 2013 revelan que, en los centros donde han empezado a aplicar esta metodología se han obtenido mejores resultados académicos, se ha incrementado la implicación y la participación de los alumnos, y se han mejorado las actitudes hacia el aprendizaje y hacia la escuela.


Pero “flippear" una clase es mucho más que distribución de unos vídeos. Se trata de un enfoque integral que combina la instrucción directa con métodos constructivistas, como el Aprendizaje Cooperativo. Se ha de procurar aumentar el compromiso e implicación de los estudiantes con el contenido del curso para mejorar así su nivel de comprensión. Un buen feedback permitirá al profesor valorar la efectividad de la Flipped Classroom o Clase Inversa entre los alumnos.



Esta metodología, al igual que otras, nos permite constatar que en la escuela del siglo XXI todo o casi todo está por hacer. ¿Aceptaremos el reto?



Fuentes:

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