martes, 2 de septiembre de 2014

Aprendizaje Cooperativo

“Plantear la cooperación como práctica pedagógica en una situación como la actual, de fuerte individualismo, es un acto valeroso y necesario para recuperar un valor formativo que la sociedad y la escuela han arrinconado u olvidado” (Mario Lodi, 1997 -Mario Lodi fue un maestro italiano, autor de varios libros sobre su experiencia educativa-).

El Aprendizaje Cooperativo es un enfoque que trata de organizar las actividades dentro del aula para convertirlas en una experiencia social y académica de aprendizaje. Los estudiantes trabajan conjuntamente para realizar las tareas de manera colectiva. 

El aprendizaje en este enfoque depende del intercambio de información entre los estudiantes, los cuales están motivados tanto para lograr su propio aprendizaje como para acrecentar los logros de los demás. Uno de los precursores de este nuevo modelo educativo fue el pedagogo norteamericano John Dewey, quien promovía la importancia de construir conocimientos dentro del aula a partir de la interacción y la ayuda entre pares en forma sistemática (Aprendizaje Vicario). Si bien tiende a verse el aprendizaje colaborativo y el cooperativo como sinónimos, no cabe confundir colaborar con cooperar. Según algunos autores la diferencia esencial es que en el primero los alumnos son quienes diseñan su estructura de interacciones y mantienen el control sobre las diferentes decisiones que repercuten en su aprendizaje, mientras que en el segundo, es el profesor quien diseña y mantiene, casi por completo, el control en la estructura de interacciones y de los resultados que se han de obtener.


El trabajo cooperativo favorece la autorregulación del aprendizaje, la asunción de responsabilidades, la participación de todos y todas, las habilidades comunicativas orales, la ayuda mutua, el respeto, la empatía… El Aprendizaje Cooperativo es, además, una de las mejores estrategias para abordar la diversidad del aula y caminar hacia una escuela verdaderamente inclusiva.

Para que haya Aprendizaje Cooperativo necesitamos que se den estos elementos:
  • Interdependencia positiva: "Nosotros en lugar de yo".
  • Interacción Cara a Cara.
  • Responsabilidad individual y grupal.
  • Habilidades sociales.
  • Evaluación individual y grupal.

Pero sabemos que trabajar en grupo de manera cooperativa no es fácil. Todos tenemos experiencias frustrantes en este sentido, ya sea como profesores o como alumnos; es una de nuestras asignaturas pendientes. Cooperar es complicado. No se produce sin más por colocar físicamente al alumnado en grupos de cuatro, “agrupar a varias personas en la misma habitación y decir que eso es un grupo cooperativo no basta para que lo sea” (Johnson, Johnson y Holubec, 1999). Hay que estructurar la actividad de manera que promueva y casi obligue a contar con los demás para realizar la tarea, asignar responsabilidades al alumnado y combinar de manera equilibrada el trabajo individual con el trabajo en grupo. A menudo, en este tipo de prácticas se puede caer en asociar mayor trabajo para un determinado número de alumnos mientras que el otro se aprovecha. Muy al contrario, el Aprendizaje Cooperativo es el “empleo didáctico de grupos reducidos en los que los alumnos trabajan juntos para maximizar su propio aprendizaje y el de los demás” (Johnson & Johnson). 



¿Cuál de estos dos escenarios es más adecuado para todo esto?

  
La creación de grupos cooperativos requiere de una determinada distribución de los alumnos. Normalmente, las mesas de un aula tienen una disposición en filas y columnas. Esta ordenación del espacio es incompatible con una sesión de trabajo cooperativo, por lo que hay que reorganizar el espacio. Esto puede crear al inicio de la sesión lectiva un cierto caos, así como una considerable inversión de tiempo que luego se echará en falta para llevar a cabo las actividades.

Para organizar los grupos cooperativos te puede ayudar:

Pizarra digital. Se puede proyectar en la pizarra digital la relación de grupos y alumnos que formarán cada uno de los equipos de aprendizaje cooperativo. A cada grupo se le asigna una letra y a cada alumno un número del 1 al 4. 
  1. Numeración de las mesas. En el centro de cada conjunto de mesas se pone la letra correspondiente a cada grupo base. 
  2. Numeración de los alumnos. Cada alumno de cada grupo también tiene un número asignado. Como las mesas están alineadas en filas, la numeración de las cuatro mesas será la misma. Para ello puedes coger una de las cuatro mesas de referencia y seguir el orden de las agujas del reloj. Este tipo de colocación es muy útil cuando se realizan actividades rotativas. 
  3. Colocación de los alumnos. Cada alumno se colocará en la mesa y en el grupo base que le corresponde y pondrá su mochila detrás de su silla. Las mesas deben estar siempre despejadas de todo material que no sea necesario. Una buena opción es proyectar también en la pizarra digital el material que vayan a precisar los alumnos en cada actividad. 
  4. Recogida del material. Cuando falten cinco minutos para que finalice la sesión lectiva, es el momento de dar por finalizada la actividad de aprendizaje cooperativo. Los alumnos guardarán su material dentro de la mochila y la colocarán encima de la mesa en la que hayan trabajado.
No cabe duda de que el trabajo en equipo es un factor muy a tener en cuenta en el aprendizaje de cualquier materia. Pero su valor aumenta cuanto más diferente sea este mismo equipo, desde el punto de vista intelectual, social, de género… Para conseguirlo, el docente debe seguir unos pasos:

Paso 0. Principios de partida.
  • Elaboraremos grupos de cuatro o cinco miembros. 
  • Valoraremos las posibles compatibilidades e incompatibilidades entre compañeros. 
  • Mezclaremos chicos y chicas. 
  • Procuraremos, en la medida de lo posible, que cada grupo sea representativo del grupo clase. 
  • Preguntaremos a los alumnos por sus preferencias personales y afinidades.
Paso 1. Clasificación de los alumnos en tres categorías. A cada alumno se le representa con una figura geométrica diferente, que no conlleva ningún juicio de valor implícito.
  • CÍRCULO. Alumnos capaces de ayudar a los demás. 
  • CUADRADO. El resto de alumnos de la clase. 
  • TRIÁNGULO. Alumno que necesitan de la ayuda de los demás.





Paso 2. Elaboración de equipos cooperativos. Una vez se ha repartido a los alumnos entre las tres figuras geométricas es momento de colocarlos teniendo en cuenta los criterios de selección previos. Normalmente se suele colocar en cada equipo a un alumno perteneciente al grupo de círculos, otro perteneciente al grupo de triángulos y otros dos al grupo de cuadrados. De esta forma conseguimos que cada equipo represente un ‘microgrupo' de la clase. A partir de este momento el profesor es capaz de explicar el contenido de su asignatura sabiendo que en cada uno de los grupos habrá al menos algún alumno que tendrá la capacidad de explicar al resto del equipo aquello que para el resto de sus miembros no haya quedado claro. Ello facilita enormemente la consolidación de los aprendizajes.

Paso 3. Consolidación, revisión, reordenación de los grupos cooperativos. Una vez se han establecido los grupos, viene la fase de observar cómo es su funcionamiento y el grado de rendimiento que obtienen TODOS los alumnos del grupo. Es frecuente que al principio se realicen algunos pequeños cambios, pero por lo general no suele ser muy común. A este tipo de grupos se le ha venido denominando Equipos de Base. Los Equipos de Base son aquellos que se mantienen de forma permanente al lo largo de un curso o de una evaluación. Particularmente, soy partidario de ir cambiando los grupos cada evaluación siempre siguiendo el mismo criterio de elaboración, porque también resulta más motivador para los alumnos. Ello no quiere decir que puntualmente no se puedan homogeneizar los grupos de trabajo. De hecho, cuando estamos hablando de una actividad muy mecánica y repetitiva, puede incluso resultar útil, ya que el profesor tiene en un mismo grupo a los alumnos que presentan alguna dificultad en el aprendizaje y puede focalizar más su atención sobre ellos. Pero insisto, sólo es recomendable para actividades mecanizadas.

Paso 4. Unificación de los grupos en todas las áreas. Cuando estos grupos base están funcionando y se están consolidando, viene el momento de unificarlos en todas las asignaturas que elaboren grupos cooperativos. Es muy importante que exista una coordinación entre los docentes que llevan a cabo un tipo de enseñanza basado en el aprendizaje cooperativo, porque la elaboración de grupos no siempre es fácil. En tal caso, el Pedagogo Terapeuta (PT) del centro escolar puede ser de gran ayuda.


El Pedagogo Terapeuta (PT) en el Aprendizaje Cooperativo.

La figura de Pedagogo Terapeuta (PT) tiene gran importancia en la confección de grupos y puede ofrecer un gran apoyo en el aula dado el conocimiento que tiene de los alumnos con dificultades de aprendizaje. Además la ayuda que presta en el aula permite al profesor de la materia incidir en aquellos grupos que tienen más dificultades de cooperar. 


Técnicas para el Trabajo Cooperativo.






Técnica: Lectura Compartida.

La Lectura Compartida es una Actividad Cooperativa Básica que puede aplicarse a todas las materias que cursan los alumnos, y además tiene fácil encaje dentro de la programación de cualquier Unidad Didáctica. 

Tiene como finalidad trabajar aspectos como la participación y la interacción dentro de un grupo. Por su flexibilidad puede realizarse en cualquier momento de una Unidad Didáctica o de una sesión lectiva.

Organizar la actividad de la Lectura Compartida en cuatro rondas de tres pasos:
  1. Paso previo. Se numera a los cuatro alumnos de cada grupo en el sentido de las agujas de reloj (alumno 1, alumno 2, alumno 3, alumno 4)
  2. Ronda 1. El alumno 1 lee en voz alta un párrafo, texto o comentario a los alumnos 2, 3 y 4 mientras los alumnos 2, 3 y 4 deben escuchar de forma activa lo que el alumno 1 esté leyendo en ese momento. Una vez el alumno 1 ha finalizado su lectura, el alumno 2 será el encargado de explicar, comentar o resumir lo leído por el alumno 1. Los alumnos 3 y 4, que también han escuchado con atención, decidirán si lo explicado, comentado o resumido por el alumno 2 es correcto o no. En caso de no estar de acuerdo darán su opinión personal y la expondrán para su posterior valoración. Los alumnos 1 y 2 también podrán dar su opinión tras haber escuchado a los alumnos 3 y 4.
  3. Ronda 2. El compañero 2 es ahora el encargado de leer el siguiente fragmento o texto y el alumno 3 el encargado de explicarlo. Los alumnos 4 y 1 son los que deciden si está bien explicado o no. Los alumnos 2 y 3 también pueden opinar tras lo dicho por los alumnos 4 y 1.
  4. Rondas sucesivas. El proceso se repite hasta que todos los alumnos han leído, explicado y valorado cada una de las partes del texto.
Esta actividad no sólo sirve para trabajar la lectura en voz alta, la comprensión oral y la expresión oral. Esta actividad cooperativa básica puede hacerse extensible a otros formatos como presentaciones, escenas de películas, cuadros, dibujos, problemas matemáticos, etc.

Papel del profesor en la actividad de Lectura Compartida.

El profesor es el encargado de ir supervisando cada uno de los grupos formados en la clase, de ayudar, asesorar y clarificar en caso de duda. El profesor también puede optar por pedir a otros alumnos que resuelvan la duda o las dudas de otros grupos, facilitando así la cooperación entre alumnos.

Ventajas de la Lectura Compartida.
  • Todos los alumnos trabajan por igual la lectura en voz alta, la comprensión oral y la expresión oral.
  • Todos los alumnos del grupo desempeñan un papel activo, ya que cada uno debe realizar una tarea determinada (leer, escuchar, explicar y opinar).
  • Se trata a todos los alumnos por igual, sin distinciones. Esta es la filosofía de la Escuela Inclusiva.
  • Favorece la cooperación y la cohesión del grupo.
  • El protagonismo recae en el alumno y no en el profesor.
  • Se sustituye la clase magistral, por la clase cooperativa donde el alumno tiene un papel activo en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Es una actividad que vale la pena probar en clase, ya que su realización es muy sencilla y no requiere mucha planificación previa. 













Técnica: Examen Cooperativo.
Material:
  • Media hoja en blanco para cada alumno.
  • Media hoja en blanco por grupo.
  • Un bolígrafo azul y otro rojo.
  • Libro de texto o apuntes del tema o de la Unidad Didáctica.
Tiempo de realización: Una sesión lectiva.

Pasos a seguir:

1. Los alumnos divididos en Grupos Cooperativos de cuatro o cinco componentes eligen a un redactor y a un portavoz. El profesor reparte a cada alumno media hoja en blanco y otra media hoja para todo el grupo se queda en el centro.

2. Cada alumno debe elaborar cuatro preguntas o cuestiones relacionadas con los contenidos de los que se va a examinar en la media hoja que les ha facilitado el profesor. Las preguntas o cuestiones deben ser, por ejemplo, de estos cuatro tipos:
  • Responde Sí o No / Verdadero o Falso.
  • Responde con un concepto, fecha, número, etc. 
  • Definir un concepto.
  • Corregir un error.
Las preguntas tienen que ser claras y han de evitar en todo momento la ambigüedad.

3. Una vez que todos los equipos, bajo la supervisión y el asesoramiento del profesor, han creado las preguntas o cuestiones -entre 16 y 20-, cada alumno lee sus preguntas en voz alta dentro de su grupo de referencia y es el grupo el que elegirá dos preguntas de cada tipo entre las realizadas por los cuatro alumnos -un total de ocho-. La única condición a la hora de elegir es que tiene que haber un mínimo de una pregunta de cada alumno del grupo. Cuando se han decidido las preguntas, el redactor las escribe en la media hoja que ha facilitado el profesor para el equipo.

4.  Todos al mismo tiempo pasan la hoja con las ocho cuestiones a otro grupo de la clase. Se pone la hoja en el centro de la mesa y cada alumno responde individualmente (deben mantener el silencio). Una vez ha respondido cada alumno, cada grupo comparte las respuestas y se eligen de forma consensuada la respuestas que se consideren correctas. Estas respuestas las escribe el redactor en la misma hoja con bolígrafo rojo.

6. El portavoz de cada grupo lee en voz alta las preguntas hechas por el otro grupo y las respuestas dadas por el suyo. El grupo que ha hecho las preguntas es el que corrige en voz alta la prueba, otorgando a cada respuesta acertada un valor de 1,25 puntos. El portavoz apuntará la nota del grupo en la parte superior derecha de la hoja y se la dará corregida al profesor. Se hará lo mismo con el resto de grupos. El profesor sólo supervisará que las preguntas estén bien formuladas y las respuestas y la puntuación correctas.

Ventajas.
  • El alumno es parte activa del proceso de enseñanza aprendizaje.
  • Todos los alumnos de cada grupo participan de forma activa y tiene un papel decisivo en la nota final de la actividad.
  • Se fomenta el consenso al tener que pactar la respuesta que se crea más acertada.
  • Se trabaja la expresión oral y escrita a través de las preguntas y respuestas.
  • Se repasa el tema de una forma poco tradicional y más atractiva para los alumnos.
  • El profesor puede hacerse una idea del nivel que tienen los alumnos a partir de las preguntas y respuestas y puede incidir en aspectos que no hayan quedado claros.
  • Son los alumnos los que se evalúan entre ellos y el profesor sólo supervisa e incide en lo que crea conveniente.
  • Se favorece a inclusión de los alumnos con necesidades específicas.
Evaluación de la actividad.
  • Nota de actitud y cooperación: si cada alumno elabora todas las preguntas, si cada grupo ha respetado las normas de la prueba
  • Nota de las preguntas: se pondrá la misma nota numérica (0, 1,25, 2,5 …) a todos los alumnos de un mismo grupo a partir de las respuestas que han sido consensuadas entre ellos.
Recomendaciones.
  • Al haber recogido el papel con las preguntas y respuestas de cada grupo, se puede hacer que al menos una de cada grupo salga en la prueba o examen final del tema o de la Unidad Didáctica. Para ellos resultará muy gratificante porque se sienten coautores junto con el profesor de la prueba o examen que deberán realizar.
  • Existen muchas variantes de esta actividad por lo que respecta al número y tipo de preguntas, a la puntuación que se otorga, la adaptación para alumnos con necesidades educativas especiales, etc.

Técnica: El juego del ¡Stop!

Esta técnica tiene como finalidad trabajar la cooperación de los alumnos mediante grupos de una misma clase. Se puede aplicar a cualquier edad y a cualquier asignatura. Incluso puede ser muy útil como dinámica de grupo para una sesión de tutoría. 

Material:
  • Una hoja DIN-A3 elaborada por el profesor para cada grupo de cuatro alumnos (ver imágenes).
  • Un bolígrafo azul.
  • Un bolígrafo rojo.
Tiempo de realización: Una sesión lectiva.

Pasos a seguir:

1. Los alumnos de clase se dividen en grupos cooperativos. El profesor da cuatro funciones, una para cada alumno que se distribuyen autónomamente. Las funciones son:
  • Apuntador. Con un bolígrafo azul anota las respuestas a partir de lo que saben.
  • Portavoz. Lee en voz alta las respuestas.
  • Corrector. Puntúa en cada recuadro y con bolígrafo rojo cada una de las respuestas.
  • Calculista. Se encarga de la puntuación parcial y global.
2. El profesor reparte a cada grupo una hoja DIN-A3 en la que realizarán la dinámica de Aprendizaje Cooperativo. En la mesa sólo puede haber esta hoja y un bolígrafo azul y otro rojo.

3. Cada grupo escribirá en la parte superior de la hoja sus nombres (y el nombre del equipo). 

4. El profesor proyecta en la pizarra digital la hoja que ha repartido y explica el funcionamiento de la dinámica. En ocasiones puede ser mejor explicar las normas y luego formar los grupos, porque así hay una mayor atención.

Para llevar a cabo esta dinámica existen dos modalidades:

Modalidad ¡STOP! A: "Comienza por la letra..." 

Se trata de una tabla de doble entrada. En la columna izquierda el profesor dirá una letra por la que empiece el contenido curricular que se desee trabajar. En la primera fila aparecen escritos los contenidos que los alumnos deben trabajar de la asignatura correspondiente.


Los alumnos deben rellenar todas las filas de una letra con el bolígrafo azul. El primer equipo que completa todos los recuadros de una misma letra dice en voz alta ¡Stop! y el resto de grupos debe soltar inmediatamente el bolígrafo a no ser que tengan una palabra empezada.
Cada grupo dice la palabra que ha colocado en función del concepto y de la letra. El profesor es el que se encarga de dar validez a cada respuesta y se puntúa de la siguiente manera:
  • Si el recuadro está en blanco o el concepto es incorrecto: 0 puntos.
  • Si la palabra del grupo es correcta y no la repite ningún otro grupo: 10 puntos.
  • Si el mismo concepto se repite en uno o más grupos, todos esos grupos tienen: 5 puntos.
La puntuación que los alumnos colocan en cada recuadro debe estar en bolígrafo rojo para evitar que hagan trampas. En la columna de la derecha se suma el total de la puntuación de la fila. El profesor pasa a decir una segunda letra y se sigue el mismo procedimiento hasta llegar a la última fila. Al final de la sesión se hace el recuento final y se establece la clasificación en función de la puntuación de cada grupo. El juego se puede hacer por una cara de folio o por dos.

Modalidad ¡STOP! B: "Di el nombre de…"

No aparece la columna de las letras y los recuadros de la fila superior los va definiendo el profesor en el mismo momento.

La dinámica del juego es la misma que en la Modalidad A, la única diferencia es que el profesor puede optar por un número “X” de conceptos para cada columna. 


Ventajas de esta técnica.
  • El alumno es parte activa del proceso de enseñanza aprendizaje.
  • Todos los alumnos de cada grupo participan de forma activa en el desarrollo del juego, ya que a cada uno se le asigna una función.
  • Se fomenta el consenso al tener que pactar la respuesta que se crea más acertada.
  • Se trabaja la expresión oral y escrita a través de las preguntas y respuestas.
  • Se repasa el tema de una forma poco tradicional y más atractiva para los alumnos.
  • El profesor puede hacerse una idea del nivel que tienen los alumnos a partir de las preguntas y respuestas y puede incidir en aspectos que no hayan quedado claros.
  • Son los alumnos los que se evalúan entre ellos y el profesor sólo supervisa e incide en lo que crea conveniente.
Evaluar la actividad. 
  • Nota individual de actitud. El profesor anotará en su cuaderno si el alumno ha realizado correctamente la función que se le ha asignado.
  • Nota grupal de actitud. El profesor anotará en su cuaderno si el grupo ha respetado las normas del juego.
  • Nota grupal de las preguntas. Se pondrá la misma nota numérica a cada miembro de un mismo grupo en función de los resultados y en lugar en el que hayan quedado.
Fuentes:

No hay comentarios:

Publicar un comentario